Cruzagramas

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domingo, 28 de junio de 2009

La encontre en el bar


La anterior esta colgada en el patio, llena de tierra que nutre una begonia.
Ésta, la encontré en un bazar de la calle Nazca y me la traje a casa, donde esmaltada en verde, luce sobre el azul de la hornalla encendida.

Lo mío fue amor a primera vista. Me impresionó su panza de clueca y su pico altivo, que deben ser los que le dan su nombre. También me agradan sus brazos eternamente enlazados en la parte superior, esperando la mano que la sustente.
La boina de pospón céntrico me llamó la atención después, cuando comenzó a calentar e hipó primero, para largarse en un largo parloteo con la cacerola.

A veces la vigilo impaciente, la destapo…Entonces veo que la luz entra y se retuerce en ondas extrañas. Yo se que en su seno el agua gira como en un corazón. Entonces espío en su piélago puntos de nada, pero otras veces, cuando no llego a tiempo, veo globos que estallan.

Cuando la olvido, la siento que confianzuda, golpea las manos, como preguntando si hay alguien en casa. Entonces llego y veo que su pico es una chimenea generadora de nubes. De pronto, me fascina pensar que pocos años ha, movía barcos, locomotoras, fábricas…Por algo en Uruguay la llaman caldera.

Si alguna vez alguien hace su apología, no se olvidará de su humildad tiznada en un fogón, ni su calidez adorada por los peones en el apronte de las tareas de un alba fría.

Sencilla como la vida, allí está sin estridencias. Fiel como la amistad, cálida como la ronda… mi pava.














1 comentario:

  1. Qué hermoso.... me encantan las pavas... tengo sólo una, común, pero es "mi pava"... me gustan mucho las viejas, esmaltadas, usadas... me hacen pensar en todas las historias que se habrán contado con ellas en medio de la ronda del mate...

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