Sus ojos universos vacíos.
Sus cuencas mares agotados.
Sol de fuego,
horror iluminado
consuelo prohibido,
viento calcinado.
Cielo sin nubes y lágrimas.
Tierra esteril y sedienta
¿Donde está el fruto de tu vientre?
Corazón erizado de dolor
¿Donde las tiernas manos sobre tus senos?
Corazón erizado de dolor
¿Donde la suave voz de las bienaventuranzas?
Ojos paralizados por el espanto.
No, no, no…
No envíes hoy tu ángel; Padre:
Inútil es el mensaje de consuelo.
Ella ha perdido el mismo día:
a su hijo,
a su maestro
y a su Dios
domingo, 1 de noviembre de 2009
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Ufff...
ResponderEliminarSimplemente "bravo"!
Gracias Vane.
ResponderEliminarSe de tu sensibilidad y me halaga que te haya gustado.
Me estremeció. Realmente me llevó siglos atrás.
ResponderEliminarBellísimo... el dolor de María es incomparable con nada en la tierra...
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