martes, 23 de agosto de 2011
Domingo
¿para qué apurar el día?
la ventana aspira
el perfume blanco del jazmín
y el violáceo de la lavanda
una perla sonora cae del grifo
siento el olor a sabanas lavadas
y puestas al sol
¿Por qué abandonar la inercia?
una catarata de gorjeos
un trino sostenido que se eleva
y las voces amadas que canturrean
en la cocina
instante a instante
el pensamiento anticipa
la lluvia tibia de la ducha
el aroma a café
y las cosas esenciales
que ocultas
respiran por lo rincones.
¿para qué apurar el día?
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