En homenaje a un poema de amor
grabado en las paredes de Pompeya.
pudieron las cenizas
sepultar a Pompeya
quemar los cuerpos
detener la vida.
pero en sus paredes
queda un poema
sin dueño sin olvido
repetido en mil bocas
reviviendo la emoción
en el asombro de todos
confiemos en la palabra
en la mirada
en ese sutil sentimiento
que se graba en la carne
confiemos en el boca a boca
como en un beso fiel
confiemos en la boca que repite
y en las palabras
que se hacen eco.
domingo, 3 de abril de 2011
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