Nace

en la dulce cuna
de los brazos de una madre
la fatiga se ha dormido
y danzan inquietas las estrellas
en el mar de la noche

Dios es una caricia de niño
es el capullo de los sueños
es la inocencia que allana
y la belleza que asombra

es la fragilidad que enternece
la promesa de paz
y la esperanza que renace

el corazón que llama
y el amor que protege